Crónica crítica: luces y sombras del Warsaw 5150 2025
Este año regresé con ilusión al triatlón olímpico Warsaw 5150, una cita que muchos esperamos durante meses, entrenando con constancia, madrugones y renuncias. Competir en casa, en las calles de Varsovia, siempre tiene algo especial. Pero esta vez, esa magia se vio empañada por varios errores organizativos que no solo afectaron el rendimiento de muchos, sino también la seguridad y la confianza en el evento.
El cronometraje: cuando tu esfuerzo desaparece del mapa
Uno de los golpes más duros fue ver cómo, al acabar la carrera, algunos de nuestros parciales simplemente… no existían. El sistema de cronometraje falló en varios puntos, especialmente en la natación, dejando a muchos atletas; yo entre ellos, sin registros oficiales de ese segmento. Y aunque para algunos esto puede parecer un detalle menor, para quienes vivimos el triatlón con pasión, ver que todo ese esfuerzo queda sin reflejarse duele. Duele porque entrenamos para superarnos, y sin esos datos es como si esa batalla personal nunca hubiera sucedido.
El drafting descontrolado: peligro sobre ruedas
Durante el segmento de ciclismo, el caos fue evidente. La ausencia de jueces permitió que muchos compitieran ignorando las normas, rodando en pelotón, adelantando sin mirar y poniendo en riesgo a quienes intentábamos mantener las distancias reglamentarias. Varias veces sentí miedo real de caer por un adelantamiento imprudente. Y eso no debería formar parte de un deporte que amamos por su disciplina, su respeto y su espíritu limpio de competición.
No es un caso aislado: también en el Ironman 70.3 Warsaw
Lo más preocupante es que no fue solo en esta prueba. En el Ironman 70.3 Warsaw de este mismo año ocurrieron errores similares: distancias mal señalizadas, confusión en los recorridos e incluso medallas con la distancia equivocada impresa. Puede parecer anecdótico, pero para quienes vivimos cada metro con el corazón, estos detalles importan… y mucho.
Porque amamos este deporte, proponemos cambios
No escribo esto para destruir, sino porque creo firmemente en el potencial de estos eventos. Competir en Varsovia es un privilegio, y la comunidad de triatletas que se forma aquí es algo especial. Precisamente por eso, creo que hay cosas que deben cambiar:
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Doble sistema de cronometraje: con puntos de control de respaldo que garanticen que ningún parcial se pierde.
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Más jueces en bici: no para castigar, sino para educar, prevenir accidentes y asegurar el juego limpio.
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Briefings más claros y visibles antes de la prueba, insistiendo en el respeto de las normas y la seguridad de todos.
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Revisión exhaustiva del material oficial (distancias en medallas, mapas, señalización) para evitar errores que dañan la imagen del evento.
Con pequeñas mejoras, el Warsaw 5150 y el Ironman 70.3 Warsaw pueden volver a ser esas fiestas del triatlón que todos esperamos con ilusión. Porque al final, detrás de cada dorsal, hay historias, sacrificios, familias que animan, amigos que empujan desde la distancia… y merecemos que todo ese esfuerzo brille, no que se pierda en el caos.
Mi momento más frustrante
Recuerdo que crucé la meta con una mezcla de agotamiento y felicidad, esa sensación única de haberlo dado todo. Fui directo a mirar mis parciales y… nada. El segmento de natación simplemente no existía. Durante unos segundos me quedé en blanco, intentando entender qué había pasado. Después llegó la frustración: todo ese esfuerzo, cada brazada en el agua fría, no estaba en ningún sitio. Sentí como si mi carrera estuviera incompleta, como si me hubieran borrado una parte de mi historia. Y eso, más que el cansancio o el dolor, fue lo que más dolió.
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