Bajo las estrellas.

Todo estaba dispuesto para dar ese gran paso, hacer una ruta preciosa en la que poder ver la grandiosidad de esa montaña. Iniciamos un duro ascenso por la culpa del viento, a medida que subíamos cumbre tras cumbre, nuestra emoción llegaba a ese clímax de fascinación y esplendor que tan ansiosamente fuimos a buscar. Las subidas eran unicas y los descensos reparadores, confiábamos en nuestras capacidades, literalmente nos encontrábamos en lo mas alto. El dia había pasado casi en su totalidad, las prisas por huir de la noche aparecieron, al igual que las ganas de marchar; nuestros walkies no paraban de sonar, alguno de los otros equipos iba a llegar al coche para poder así parar y descansar. Empezamos a fantasear, pues algo caliente hubiéramos necesitado para poder así desafiar sin cuartel lo que iba a convertirse en la lucha mas dura, posiblemente de nuestras vidas. La esperada noche nos arropó como una madre a un hijo, dándonos las buenas noches en ese paraje frío, oscuro, ...